jueves, 19 de febrero de 2009

San Valengrín


Tal vez estoy un poco tarde para escribir esto, pero lo tengo que expresar de todas maneras.

No tengo nada en contra de San Valentín, ni del conejito de Easter, ni con todos esos “dioses” pertenecientes a la mitología consumista. Incluso, no puedo negar que hay aspectos que me atraen de estas festividades como: nos sacan de la monotonía, le dan un “highlight” al mes en que se celebran, une a las familias, promueven valores positivos y dejan en ocasiones recuerdos imborrables. No está mal salir de las realidades cotidianas y escapar de vez en cuando a un mundo de chocolates, florecitas y colores. Al fin y al cabo, como dicen por ahí, ¿a quién le amarga un dulce?

Lo que me hace cuestionar estas celebraciones – y aquí es que viene DJ Ke-jas a “mixear” para tratar de encontrar el balance – es el hecho de que la gente se “ha comido el cuento” de que hay que hacer lo que se "supone" que se haga durante ese día. Me explico: ¿adivina cuántos carros con peluches y flores para vender ví en la calle durante el fin de semana de San Valentín? Pues no sé, pero ¡un montón! No está mal que la gente trate de buscar una manera de ganar un dinerito en medio de esta crisis. A esos los entiendo un “chin-chin”. Son los que se paran a comprar los peluchitos y los hermosos “bouquets” los que parecen ir como zombis flechados por Cupido Capital(ismo). A éstos, a quienes perdono porque la sociedad es culpable de sus cegueras, los invito a despertar de las catacumbas del materialismo desenfocado. A ver, ¿en dónde está el peluchito que regalaste en el 2000? ¿Y el del 2001? Y así sucesivamente… ¿En la basura? ¿Guardado en un clóset? ¿De “roommate” con los ácaros?

Para que tu San Valentín – y otras festividades – sea un poquito más “green”:


Evita regalar objetos “desechables”
. Con esta palabra, me refiero a las cosas que uno dice: ‘¡ay, qué lindo’, y que después de unas semanas dice: ¡ay, qué estorbo! ¿Por qué? Porque, usualmente, esos accesorios terminan en el zafacón.

Regala flores locales
. En vez del “bouquet” tradicional, obsequia una planta que la persona pueda mantener en su casa por el resto de su existencia. Procura que la persona a quien le regalas tenga un lugar y el tiempo para cuidarla debidamente. Evita comprar plantas que no sean autóctonas, pues a veces necesitan de un cuidado especial. Además, lo de aquí , ¡es mejor!

Invita a cenar. Ya sea en un restaurante o en tu casa, es mejor gastar el dinero en una comida especial que en un detalle eco enemigable.

Si tienes que regalar…
Entonces, aprovecha la ocasión para regalar algo que esa persona le dará uso o se comprará de todas maneras. Puede ser un jabón, una crema, una vela, un masaje, unos chocolates; “you name it”. Lo importante es que te fijes también en su envoltura, pues a veces los productos vienen empacados con demasiados plásticos.

Utiliza las e-cards
. Ésta es la forma más moderna de decir “te quiero”. ¿Para qué gastar dinero y papel en un tarjeta de amor si puedes eviarla gratis a través del correo electrónico?

Opta por un empaque eco amigable. Envuélvelo todo en papel de cartón o en cajitas de papel reciclado. Procura no escribir en la envoltura, para que la persona pueda reusarla.

A mis madres queridas…
¡Dígale no a las tarjetitas! Sí, esas en las que sale un personaje famoso y dicen: “Para: fulano, De: sutano”. Seamos más creativas y evitemos el uso innecesario de papel.

*Voy a pensar en otras cositas “green” para Easter, pues detesto los huevitos de plástico. ¡Les aviso!

FOTO: Del fotógrafo Yann Arthurs-Bertrand

domingo, 1 de febrero de 2009

Recycling = Art